miércoles, 28 de enero de 2015

Al ver los mármoles de Elgin (Keats)


Mi espíritu es muy débil: la mortalidad

me pesa mucho como un sueño renuente,

y cada pináculo y cuesta imaginada

de esfuerzo divino, me dice que tengo que morir,


como un águila herida que mira al cielo.

Sin embargo, es un fasto gentil el llorar

que no tenga vientos nublados que fresco

me mantengan para cuando la mañana abra los ojos.


Tales glorias pálidamente concebidas por la mente,

dan al corazón una disputa indescriptible,

así estos prodigios dan un dolor muy aturdido


que confunde grandeza griega con el rudo

desecho del viejo tiempo, con un ondulante mar
un sol, la penumbra de una excelencia.


COMENTARIO




AL VER LOS MÁRMOLES DE ELGIN – JOHN KEATS


  1              El poema titulado “Al ver los mármoles de Elgin” (“On seeing the Elgin’s marbles” en versión oroginal), pertenece al poeta romántico británico John Keats. Fue escrito en 1817, época en la que el autor se encuentra enfermo de tuberculosis y decide oponer en sus poemas la contemplación de la belleza a la inevitabilidad de la muerte.


 2               Al comienzo de la composición (primer cuarteto), el poema se muestra débil y triste, pues sabe que se está muriendo. Introduce elementos de la arquitectura personificada (pináculo, cuesta, verso 3) que le dicen que debe acabar sus días. En el siguiente cuarteto, se compara con un “águila herida que mira al cielo”. Esto puede ser entendido como que el animal es un ser lleno de fuerza y vitalidad, que está enfermo y le duele mucho no poder volar libremente y sentir el viento. El poeta ve que se está muriendo y que tal vez no pueda ver amanecer nunca más. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es un poema romántico, es decir, que juega con la ambigüedad; no se sabe si realmente quiere decir lo contrario, pues en versos como el 2, “la mortalidad me pesa”, puede interpretarse como que la muerte no viene y él quiere que aparezca. A pesar de ello, y ante la conciencia de su propia mortalidad, la opone a la perdurabilidad de lo griego. En los tercetos ya introduce su observación a los mármoles, que le producen sentimientos confusos: por una parte se puede interpretar que el poeta experimenta una sensación de angustia o dolor ante la conciencia de la pervivencia de lo magnífico. Por otra parte, no queda claro si  en realidad le supone este dolor o tal vez un consuelo, pues es una lucha consigo mismo, ya que a pesar de estar herido, siente que merece la pena saber que lo esencial permanece.


      Toda estos dobles sentidos se deben poner en relación con la “teoría de la capacidad negativa” de Keats, que opinaba que algunas certezas era mejor dejarlas abiertas a la imaginación y que el elemento de duda y de ambigüedad añade romanticismo y profundidad a un concepto.


3      Por todo ello, el poema es como una balanza entre opuestos; se encuentran palabras contrarias como ligereza-permanencia, gloria-dolor, finitud-eternidad, grandeza-deshecho, sol-penumbra, etc.


                En cuanto a los aspectos formales, la lírica de Keats se encuentra llena de un lenguaje exuberante e imaginativo: en los cuartetos se puede hablar del campo de lo luminoso, étereo, ligero, etc. frente a los tercetos, en los que predomina lo prodigioso, la excelencia y la grandiosidad.


Abundan también los recursos literarios, como encabalgamientos: “cuesta imaginada/de esfuerzo divino” (versos 3-4), “el llorar/que no tenga vientos…” (versos 6-7), o “dan un dolor muy aturdido/ que confunde grandeza…” (versos 10-11), todos ellos fruto de una composición muy trabada y desarrollada propia de un tono casi filosófico. Aparecen  personificaciones: “cada pináculo y cuesta me dicen…” (versos 3 y 4), “tales glorias dan al corazón…” (versos 9 y 10). Destacar también las sinestesias como “la mortalidad me pesa”, de los versos 1 y 2, que pone en relación un concepto abstracto con uno concreto.


Entre los rasgos románticos más destacados se encuentran los temas de la muerte, la angustia, el dolor, el destino del hombre, y sobre todo, la vuelta al pasado griego y la ambigüedad anteriormente citada.


Con todo ello, podemos observar que John Keats fue uno de los más destacados poetas de la época por su composición lírica.

1 comentario:

  1. El comentario es sobresaliente.

    Como se puede apreciar es un comentario de redacción personal que no sigue exactamente los apartados del examen. A mí, personalmente, me parece que eso permite más libertad y profundidad a la hora de comentar y demuestra mayor madurez, pero, por si las moscas en una PAU, yo añadiría el número de la pregunta en el margen, para que no digan que no se están siguiendo las directrices del examen. Es una cuestión meramente formal, porque sí se han analizado todos los puntos propuestos y, además, en su orden: 1, localización; 2, temas; 3, Recursos.

    Una falta de ortografía que he corregido. (Deshecho de deshacer =/= desecho de desechar)

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