lunes, 22 de septiembre de 2014

La literatura en la Antigüedad.

             Como soy bastante pesada, quiero subrayar los dos rasgos que impregnan sustancialmente la literatura en la Antigüedad y que ya hemos comentado en clase: su proximidad a la oralidad y su fundamenttal carácter mítico. Vamos por partes, si es que se puede, porque en realidad conforman un todo bastante indivisible, un conglomerado que caracteriza la propia esencia de la literatura en su albor, cuando los cuentos, los mitos, la religión y la ficción son solo diferentes facetas de una misma cosa.
- La oralidad. Unos datos para demostrarlo: la pervivencia de fórmulas orales en la épica, el hecho de que muchas de las obras que hoy conservamos escritas lo fueron después de un largo tránsito por la oralidad (las  propias Iliada y Odisea, para empezar) y el habitual trasunto de historias entre lo oral y lo escrito, por ejemplo, entre cuentos y mitos.
- El componente mítico—religioso es otra característica fundamental. Porque para tomarse en esas épocas la molestia de escribir algo (con lo caro que era y los pocos que sabían hacerlo), el esfuerzo debía valer mucho la pena: debía decir cosas fundamentales de las creencias y conflictos que están en la raíz del hombre de su época. Podemos aquí mencionar a Gilgamesh, el libro de los muertos, la Biblia, los héroes homéricos en confraternización con sus dioses, las ciclos míticos en el teatro griego, los mitos germánicos en Los Nibelungos… 

            Y dicho esto, vamos a echar una ojeada a los principales hitos de la literatura más antigua.  Ver cómo surgió en el amanecer de los siglos este extraño milagro de contar historias, expresar emociones, preguntarnos por la muerte, el amor, la pasión, el miedo, el heroísmo… esas cosas que son las que nos hacen humanos. Porque a lo mejor, en realidad, lo que nos hace humanos precisamente es pensar, imaginar, sentir… y expresarlo. Recuerdo que cuando estaba en Bachillerato (sí, yo también fui joven una vez y tuve vuestra edad) me enfrenté por primera vez a la Iliada, lo más antiguo que había leído nunca con enorme diferencia, y recuerdo precisamente que, más allá de las sangrientas batallas, las imágenes o el hermoso lenguaje épico, lo que me impresionó hasta la sorpresa, fue comprobar cómo varios milenios antes, aquellos fieros guerreros –y el desconocido poeta que puso las palabras en su boca-, se dejaban llevar por la cólera, los celos, lloraban, amaban, decían tiernas palabras a su esposa antes de entrar en combate, sentían miedo ante la proximidad de la muerte, o se humillaban por amor a un hijo muerto. Vivían en la edad del bronce y eran exactamente igual que nosotros.
          Bueno, volvamos a lo que toca. La literatura antigua abarca milenios y varios continentes, así que, además de muy desconocida, es prácticamente inabarcable. Os propongo repasar  lo que hemos visto y profundizar en unas pocas manifestaciones descollantes mediante los siguientes enlaces. Me encantaría que los leyerais todos, pero comprendo que es bastante lectura, así que lo dejo para los que estén muy interesados, por si alguien descubre su pasión desconocida por la literatura antigua.
Los enlaces son los siguientes:

- Mesopotamia
 Recordamos que aunque el código de Hammurabi no es propiamente una obra literaria, supone la primera recopilación legislativa conocida. Y pese a que algunas de sus prescripciones hoy nos puedan parecer bastante bárbaras (es lo del “ojo por ojo y diente por diente”), al menos supone el primer intento de establecer una norma fija (por eso se escribe) que evite las arbitrariedades de quien juzga. Todo un logro.
El Poema de Gilgamesh,  es la epopeya de un rey que encuentra a un amigo, ofende a una diosa, busca la inmortalidad y acaba descubriendo con amargura la impotencia del ser humano ante la muerte. Podéis leer el resumen y fragmentos aquí y también hay una versión en vídeo, con una imagen de calidad más bien escasa. 


- Egipto: 
    Los ritos funerarios y  el libro de los muertos, un texto fundamental para los egipcios, ya que era su guía  para el Más allá, después de la muerte. En este otro reportaje de National Geographic les acompañamos en el descubrimiento de una de sus versiones mejor conservadas.
La historia de Sinuhé es curiosamente un relato de ficción (una novela, diríamos hoy). Podéis encontrar un extenso e ilustrado  resumen en el blog de dinora


- India
       Entre su extensa y variada producción literaria (recopilaciones de cuentos, escritos religiosos, poemas…) destacan dos epopeyas: el Mahabarata y el Ramayana. Nos quedamos con esta, más breve, pese a sus miles de versos, que nos cuenta una historia de amor: la del príncipe Rama que, por rescatar a su esposa Sita, desafía a las hordas de demonios del malvado Ravana. De nuevo, podéis leer el resumen y fragmentos aquí.
       Aunque no lo hemos citado en clase, es también importante el Panchatantra, una colección de cuentos. Son 70 narraciones que un sabio hace leer a los hijos del rey para instruirlos en la moral y la política. Muchos son fábulas, como éste de la tortuga y los gansos y tuvo gran influjo en fabulistas posteriores como el griego Esopo o en recopilaciones de cuentos medievales, como El conde Lucanor, de Don Juan Manuel. (Por ejemplo, esta versión del cuento de la lechera)

- La Biblia. Además de ser, junto a la tradición grecolatina, la otra gran base fundamental de toda la cultura occidental, supone una recopilación del saber y la  historia del pueblo de Israel. 

- Después llegamos a  la Grecia antigua, pero eso es otra  historia.

Y a todo esto, nos hemos dejado toda la literatura no escrita: cuentos, mitos, canciones… Nunca mejor dicho aquello del iceberg del que solo atisbamos una mínima parte mientras la gran masa se nos escapa bajo el agua.

Un brevísimo repaso nos lo da a este Prezi


jueves, 18 de septiembre de 2014

La aventura de escribir


Dijimos en clase que la palabra "literatura" proviene del latín "littera", letra, es decir, se identifica literatura y escritura. Y aunque sabemos que eso no es del todo exacto, hay que decir que escribir es un milagro y la historia de su desarrollo toda una aventura. Antes de nada, imaginad el prodigio que supone poder transmitir las palabras sin variación, exactamente de la misma manera que alguien decidió, eventualmente para la eternidad.

 La escritura nos permite superar los límites del tiempo (y, por supuesto, del espacio) y por eso, de alguna manera burlar a la muerte. Es una forma de superar la irreparable destrucción del tiempo. La escritura es una tecnología que permite “transportar” el pensamiento de un individuo y hacerlo virtualmente inmortal. Pero además, es que su desarrollo es otra apasionante aventura. 

El maravilloso invento se lo debemos a la civilización mesopotámica. En realidad, "civilizaciones", en plural, porque en esta área "entre los ríos" Tigris y Éufrates (actuales Irak, Irán y zonas de Siria), se sucedieron los imperios (asirio, sumerio, babilónico) cada uno con sus lenguas y dialectos, pero todos con algo en común: la escritura cuneiforme.

En este vídeo tenéis una explicación muy clara y visual.






En esta imagen podemos ver la evolución de la escritura cuneiforme y el significado de algunos de sus símbolos.



Bastante lejos de allí, los egipcios tienen su propia y colorista escritura, la jeroglífica, de algunas de cuyas peculiaridades podéis enteraros aquí.



Los fenicios darán otro paso de gigante haciendo que cada signo represente no una cosa (una vaca, una casa...) sino un sonido y será la base para nuestro propio alfabeto como podéis ver en la imagen de la evolución egipcio - fenicio - griego  - latino.


Como veis, el de la escritura es un mundo apasionante, lleno de brillantes descubrimientos como el de la Piedra Rosetta o el del Lineal B micénico y de misterios aún no sin resolver como la escritura ibérica, que sabemos leer, pero aún nadie ha podido traducir.


(Vídeo https://www.youtube.com/watch?v=Iq8-69pBH1Y#t=97)

Bienvenidos



Empezamos un nuevo curso y levamos anclas para una nueva aventura, en la que este lugar será punto de encuentro y cuaderno de bitácora que guíe nuestro viaje.


Como comienzo os dejo con un famoso poema del poeta griego Kavafis en que se dirige  a Ulises, el gran viajero, para recordarle -recordarnos- que lo importante no es tanto llegar a destino, sino disfrutar del viaje.



 




Cuando te encuentres de camino a Ítaca, 
desea que sea largo el camino, 
lleno de aventuras, lleno de conocimientos. 
A los Lestrigones y a los Cíclopes, 
al enojado Poseidón no temas,
tales en tu camino nunca encontrarás, 
si mantienes tu pensamiento elevado
,
 y selecta 
emoción tu espíritu y tu cuerpo tienta. 
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al fiero Poseidón no encontrarás, 
si no los llevas dentro de tu alma, 
si tu alma no los coloca ante ti.
Desea que sea largo el camino. 
Que sean muchas las mañanas estivales 
en que con qué alegría, con qué gozo 
arribes a puertos nunca antes vistos, 
deténte en los emporios fenicios, 
y adquiere mercancías preciosas, 
nácares y corales, ámbar y ébano, 
y perfumes sensuales de todo tipo, 
cuántos más perfumes sensuales puedas, 
ve a ciudades de Egipto, a muchas, 
aprende y aprende de los instruidos.
Ten siempre en tu mente a Ítaca. 
La llegada allí es tu destino. 
Pero no apresures tu viaje en absoluto. 
Mejor que dure muchos años, 
y ya anciano recales en la isla, 
rico con cuanto ganaste en el camino, 
sin esperar que te dé riquezas Ítaca.
Ítaca te dio el bello viaje. 
Sin ella no habrías emprendido el camino. 
Pero no tiene más que darte.
Y si pobre la encuentras, Ítaca no te engañó. 
Así sabio como te hiciste, con tanta experiencia,
comprenderás ya qué significan las Ítacas


Que la singladura que comenzamos nos sea propicia y llena de descubrimientos