lunes, 16 de marzo de 2015

Comentario de un fragmento de El retrato oval


     1. CONTEXTUALIZACIÓN.
   El fragmento pertenece a la obra “El retrato oval”, relato corto del autor Edgar Allan Poe, recordado por sus cuentos de terror. Pertenece a la corriente de la novela realista del siglo XIX, pero a causa de su combinación de lo inexplicable, propio del Romanticismo y la lógica racional propia de los nuevos tiempos realistas, no hay un acuerdo en incluirlo íntegramente en ninguna de las dos corrientes. Se le considera un renovador de la novela gótica. El relato  (publicado en 1842) se trata de un cuento de terror, género con el que Poe intentó satisfacer los gustos de la época.
            La historia que se narra es la de un viajero que llega con su criado a un castillo abandonado y deciden pasar allí la noche. En el cuarto escogido para descansar, hay una cama sobre la que reposa un ejemplar que explica cada obra de arte presente en las paredes de la habitación. EL viajero, al mover el candelabro, descubre un retrato oval de una mujer de extrema belleza que le quita el aliento. Al leer la narración que el libro cuenta sobre la pintura, descubre que es la esposa de un pintor que habitaba en el mismo castillo, tan obsesionado con retratar a su compañera, que a cada pincelada que daba, le quitaba un poco de vida a ella, por lo que al acabar el cuadro, su mujer murió.
            Este fragmento se sitúa en el principio de la historia enmarcada, la del pintor que hace languidecer a su esposa mientras la retrata. Supone una descripción de la muchacha, de su marido el pintor y de la relación entre ambos, marcada por la obsesión del artista.
2.- TEMA
            En el cuento el motivo principal es el retrato, en torno al cual se desarrollan dos temas principales: El del doble (como William Wilson), puesto que la mujer pintada parece tener una vida que absorbe la de la mujer real; y el tema del vampirismo, entendido como la succión de la existencia de la mujer por el pintor del cuadro.
Un tema secundario es la falta de comunicación entre los esposos, que se interpreta de dos maneras diferentes. Por una parte, el desenlace fatal puede entenderse como un hecho sobrenatural, y por otro, como consecuencia del infortunio de la joven al carecer de la atención del marido. Su desgaste corresponde a su virtud, ella lo ama a pesar de que le hace sufrir, puesto que posar para él es todo un sacrificio, ya que acaba muerta por complacerle en el retrato de su belleza.
3.- ASPECTOS FORMALES.
            En cuanto a los rasgos formales, en el relato hay dos acciones y dos narradores: en la historia que enmarca la principal, el narrador es el viajero (en 3ª persona), cuyo nombre se desconoce; el espacio en el que se desarrolla es una mansión o un castillo abandonado, que aporta misterio a la acción; el tiempo es lineal, transcurre media tarde y una noche, y los personajes son el viajero y su criado. Por su parte, en la historia del retrato, momento al que pertenece el texto que estamos analizando, el narrador no es protagonista, sino omnisciente; el espacio es la misma mansión, pero el tiempo pertenece a un flash-back respecto a la acción real. También hay dos personajes: el pintor y su esposa.
            Respecto a los rasgos lingüísticos, destacan, sobre todo, las bimembraciones: estudioso y austero (lín.2), luz y sonrisas (lín.3), la salud y los encantos (lín.11), vivo y ardiente (lín.13), débil y desanimada (lín.15). Presenta también algún paralelismo como experimentaba un vivo y ardiente placer en su tarea, y trabajaba noche y día… (lín.13), y pequeñas antítesis tales como amándolo todo, no odiando… (lín.4).
En cuanto a la adjetivación, es muy abundante, como ya hemos visto en las geminaciones, aunque también está presente fuera de ellas, y que hacen referencia mayoritariamente a la mujer retratada: peregrina belleza, graciosa, amable (lín.1), rarísima belleza, luz, sonrisas (lín.3), humilde y sumisa (lín.7), etc. Posee asimismo, expresiones que encauzan el final de la historia hacia lo trágico, terrorífico, propio de la novela gótica: […] que en mala hora amó al pintor y se desposó con él. (lín1); señales del paso del tiempo son […] y sentose paciente, durante largas semanas… (lín.7), avanzaba de hora en hora, de día en día (lín.9), y trabajaba noche y día (lín.13). El fragmento concluye con una oración que recoge todo el tema del relato en sí mismo: y no podía ver que los colores que extendía sobre el lienzo borrábanse de las mejillas de la que tenía sentada a su lado.


Cecilia Rubio

Comentario de un fragmento de "El corazón delator"




CONTEXTUALIZACIÓN.
Se trata de un fragmento de uno de los cuentos de terror de Edgar Allan Poe, una de las cumbres del Realismo (siglo XIX), llamado El Corazón delator. Las historias de Poe se caracterizan por la combinación de lo inexplicable, propio del Romanticismo, y la lógica racional, propio ya de los nuevos tiempos realistas. No hay, por tanto, estricto acuerdo en incluirlo en el Romanticismo o en el Realismo.
    La estructura del cuento se puede dividir en tres partes: una primera en la que el protagonista se presenta como una persona cuerda; una segunda, que correspone al desarrollo del crímen; y una última, cuando llegan los policías y cuando el mismo se autoinculpa, que es a la que pertenece este fragmento. 

TEMÁTICA.
La historia presenta a un protagonista-narrador obsesionado con el ojo de un anciano, al que decide asesinar. Intenta durante toda la obra demostrar su cordura pese a su conducta homicida . No se siente loco, sino alguien totalmente cuerdo pero nervioso, que lleva a cabo un estudiado plan, el cual resulta triunfante hasta que empieza a escuchar los latidos del muerto. Se trata, pues, de un relato sobre la locura paranoica y la autoinculpación, narrado desde la perspectiva de un enfermo mental. La acción se desarrolla tanto en el exterior, entre cuatro paredes, como, sobre todo, en el interior de la cabeza del protagonista, lo que logra la típica atmósfera de Poe enmarcada por la sensación asfixiante y alucinógena, contribuyendo así a causar terror.

ANÁLISIS FORMAL.
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El tiempo en el que se narra no es lineal, sino que se cuenta a modo de flashback, narrado por el protagonista desde lo que pudiera ser una cárcel o un centro psiquiátrico. En relación con esto, tampoco sabemos con exactitud a quién le esta contando la historia en las numerosas apelaciones a un "tú" que aparecen en el cuento; incluso esta pudiera ser una confesión. Poe elimina el exceso de detalles para intensificar el estudio de paranoia.
En el texto aparecen numerosas interrogaciones y exclamaciones ("¡oh, Dios!", lín 17 o "¿y qué podía hacer yo? lín. 11)  para contribuir al dramatismo, y adjetivos como "pálido" (lín. 10), "cómodo" (lín. 2), "intenso" (lín. 6),  para dar mayor intensidad a la narración; a lo que también colabora el uso de puntos suspensivos como en la línea 11 "el sonido aumentaba...". Todos estos rasgos provocan un ritmo acelerado, explicando así cómo se siente el protagonista en dicho momento.
    Destacan también en este cuento las numerosas repeticiones, sobre todo de determinados motivos como el sonido en este fragmento., (y creía percibir un zumbido en los oídos; (...) El zumbido se hizo más intenso; seguía resonando y era cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de esa sensación, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara... (...) aquel sonido no se producía dentro de mis oídos.  (...) el sonido aumentaba... ¿y que podía hacer yo? Era un resonar apagado y presuroso..., un sonido como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. (...) pero el sonido crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo?... ). También se repiten estructuras sintácticas  ("cada vez más..." ,"¿qué podía hacer yo?..) y enumeraciones (Lancé espumarajos de rabia... maldije... juré... ). Todas estas repeticiones contribuyen a crear el ambiente obsesivo y angustiado que refleja el carácter paranoico del personaje.

En conclusión, Poe es fiel en la obra "El corazón delator" a las inquitantes  y sutiles narraciones de terror, estructuradas de forma que el lector se vea imbuido en la historia, y más en este cuento, en el que nos adentramos en la misma mente del protagonista. 

 (Isabel Reoyo)

Comentario de un fragmento de Los crímenes de la calle Morgue



1. CONTEXTUALIZACIÓN: El fragmento pertenece a Los crímenes de la calle Morgue, uno de los cuentos del escritor Edgar Allan Poe, maestro del relato corto e inventor del relato detectivesco. Por su época pertenece al realismo, sin embargo sus obras muestran rasgos románticos que impiden un acuerdo al situarlo. Este cuento es considerado el primer relato policiaco. A diferencia de otros relatos de Poe, no hay nada fantasmagórico en él, aunque sí se aprecia truculencia y acción.
Dentro del relato, el fragmento se sitúa prácticamente en el desenlace, cuando el detective resuelve el misterio y explica las deducciones que le han conducido, de forma lógica, a dar con el culpable del múltiple asesinato.

2.- TEMA
El tema del relato es la investigación minuciosa que llevan a cabo Dupin y su amigo para averiguar los detalles del asesinato. El ambiente que se crea en la historia es el de una atmósfera de tensión y realismo ante la difícil resolución del asesinato. Se trata de una novela policiaca y de misterio que mantiene la tensión y la atención del lector hasta el final, que se caracteriza por ser muy inesperado. Concretamente, en cuanto al tema que se refleja en el fragmento, destaca la detallada descripción de los de las deducciones y la investigación del crimen ya que buscan el lugar por donde escapó el supuesto asesino.
En el conjunto del cuento, el tema es el triunfo de la capacidad de análisis lógico del protagonista. Esa capacidad de raciocinio de Dupin lo convierte en un ser superior, tanto en su enfrentamiento con la brutalidad ciega del "asesino" como en su choque con la inoperancia policial

3.- FORMA
Respecto a los aspectos formales, en este fragmento se aprecia con claridad el narrador en primera persona que, además, es testigo de los hechos porque cuenta lo que va observando (Ej.: utilización de tiempos verbales en primera persona). Este tipo de narrador aumenta la intriga en el lector porque la comparte con él, ya que nos detalla el “paso a paso” de sus deducciones (línea 14: Examinemos, pues, uno por uno, los posibles…; l. 21: las puertas de las habitaciones estaban cerradas; l. 22: Veamos las chimeneas,…). También interacciona por medio de interrogaciones retóricas que no tienen más función que captar la atención (líneas 7-8 y 12: ¿Qué es lo primero que hemos de buscar allí?; ¿De qué modo?), y de apelaciones al interlocutor (línea 4: Tan solo deseo hacerle comprender a usted). Así, Poe introduce un elemento fundamental para sus cuentos que también se ve en este fragmento, la descripción detallada de la realidad que ve (líneas 21-25), que forma parte de los rasgos realistas del autor en el intento de dar una explicación lógica del suceso con ausencia de elementos fantásticos (líneas 8-9: …ninguno creemos en este momento en acontecimientos sobrenaturales), potenciando, a la vez, la verosimilitud.

Por tanto, "Los crímenes de la calle Morgue"  de Poe es un buen ejemplo del género policiaco en el que desaparece el componente imaginario y fantástico.


(Quique Ugarte)