lunes, 16 de marzo de 2015

Comentario de un fragmento de "El corazón delator"




CONTEXTUALIZACIÓN.
Se trata de un fragmento de uno de los cuentos de terror de Edgar Allan Poe, una de las cumbres del Realismo (siglo XIX), llamado El Corazón delator. Las historias de Poe se caracterizan por la combinación de lo inexplicable, propio del Romanticismo, y la lógica racional, propio ya de los nuevos tiempos realistas. No hay, por tanto, estricto acuerdo en incluirlo en el Romanticismo o en el Realismo.
    La estructura del cuento se puede dividir en tres partes: una primera en la que el protagonista se presenta como una persona cuerda; una segunda, que correspone al desarrollo del crímen; y una última, cuando llegan los policías y cuando el mismo se autoinculpa, que es a la que pertenece este fragmento. 

TEMÁTICA.
La historia presenta a un protagonista-narrador obsesionado con el ojo de un anciano, al que decide asesinar. Intenta durante toda la obra demostrar su cordura pese a su conducta homicida . No se siente loco, sino alguien totalmente cuerdo pero nervioso, que lleva a cabo un estudiado plan, el cual resulta triunfante hasta que empieza a escuchar los latidos del muerto. Se trata, pues, de un relato sobre la locura paranoica y la autoinculpación, narrado desde la perspectiva de un enfermo mental. La acción se desarrolla tanto en el exterior, entre cuatro paredes, como, sobre todo, en el interior de la cabeza del protagonista, lo que logra la típica atmósfera de Poe enmarcada por la sensación asfixiante y alucinógena, contribuyendo así a causar terror.

ANÁLISIS FORMAL.
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El tiempo en el que se narra no es lineal, sino que se cuenta a modo de flashback, narrado por el protagonista desde lo que pudiera ser una cárcel o un centro psiquiátrico. En relación con esto, tampoco sabemos con exactitud a quién le esta contando la historia en las numerosas apelaciones a un "tú" que aparecen en el cuento; incluso esta pudiera ser una confesión. Poe elimina el exceso de detalles para intensificar el estudio de paranoia.
En el texto aparecen numerosas interrogaciones y exclamaciones ("¡oh, Dios!", lín 17 o "¿y qué podía hacer yo? lín. 11)  para contribuir al dramatismo, y adjetivos como "pálido" (lín. 10), "cómodo" (lín. 2), "intenso" (lín. 6),  para dar mayor intensidad a la narración; a lo que también colabora el uso de puntos suspensivos como en la línea 11 "el sonido aumentaba...". Todos estos rasgos provocan un ritmo acelerado, explicando así cómo se siente el protagonista en dicho momento.
    Destacan también en este cuento las numerosas repeticiones, sobre todo de determinados motivos como el sonido en este fragmento., (y creía percibir un zumbido en los oídos; (...) El zumbido se hizo más intenso; seguía resonando y era cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de esa sensación, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara... (...) aquel sonido no se producía dentro de mis oídos.  (...) el sonido aumentaba... ¿y que podía hacer yo? Era un resonar apagado y presuroso..., un sonido como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. (...) pero el sonido crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo?... ). También se repiten estructuras sintácticas  ("cada vez más..." ,"¿qué podía hacer yo?..) y enumeraciones (Lancé espumarajos de rabia... maldije... juré... ). Todas estas repeticiones contribuyen a crear el ambiente obsesivo y angustiado que refleja el carácter paranoico del personaje.

En conclusión, Poe es fiel en la obra "El corazón delator" a las inquitantes  y sutiles narraciones de terror, estructuradas de forma que el lector se vea imbuido en la historia, y más en este cuento, en el que nos adentramos en la misma mente del protagonista. 

 (Isabel Reoyo)

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