CONTEXTUALIZACIÓN.
Se trata de un fragmento de uno de los cuentos de terror de Edgar Allan
Poe, una de las cumbres del Realismo (siglo XIX), llamado El Corazón delator. Las historias de Poe se caracterizan por la combinación
de lo inexplicable, propio del Romanticismo, y la lógica racional, propio ya de
los nuevos tiempos realistas. No hay, por tanto, estricto acuerdo en incluirlo
en el Romanticismo o en el Realismo.
La estructura del cuento se puede dividir en tres partes: una primera en la que el protagonista se presenta como una persona cuerda; una segunda, que correspone al desarrollo del crímen; y una última, cuando llegan los policías y cuando el mismo se autoinculpa, que es a la que pertenece este fragmento.
TEMÁTICA.
La historia presenta a un protagonista-narrador obsesionado con el ojo
de un anciano, al que decide asesinar. Intenta durante toda la obra demostrar
su cordura pese a su conducta homicida . No se siente loco, sino alguien
totalmente cuerdo pero nervioso, que lleva a cabo un estudiado plan, el cual
resulta triunfante hasta que empieza a escuchar los latidos del muerto. Se
trata, pues, de un relato sobre la locura paranoica y la autoinculpación,
narrado desde la perspectiva de un enfermo mental. La acción se desarrolla
tanto en el exterior, entre cuatro paredes, como, sobre todo, en el interior de
la cabeza del protagonista, lo que logra la típica atmósfera de Poe enmarcada
por la sensación asfixiante y alucinógena, contribuyendo así a causar terror.
ANÁLISIS FORMAL.
.
El tiempo en el que se narra no es lineal, sino que se cuenta a modo de
flashback, narrado por el protagonista desde lo que pudiera ser una cárcel o un centro psiquiátrico. En relación con esto, tampoco sabemos con exactitud a
quién le esta contando la historia en las numerosas apelaciones a un
"tú" que aparecen en el cuento; incluso esta pudiera ser una
confesión. Poe elimina el exceso de detalles para intensificar el estudio de
paranoia.
En el texto aparecen numerosas interrogaciones y exclamaciones
("¡oh, Dios!", lín 17 o "¿y qué podía hacer yo? lín. 11) para contribuir al dramatismo, y adjetivos
como "pálido" (lín. 10), "cómodo" (lín. 2),
"intenso" (lín. 6), para dar
mayor intensidad a la narración; a lo que también colabora el uso de puntos
suspensivos como en la línea 11 "el sonido aumentaba...". Todos estos
rasgos provocan un ritmo acelerado, explicando así cómo se siente el
protagonista en dicho momento.
Destacan también en este cuento las numerosas repeticiones, sobre todo de determinados motivos como el sonido en este fragmento., (y creía percibir un zumbido en los oídos; (...) El zumbido se hizo más intenso; seguía
resonando y era cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de
esa sensación, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara... (...) aquel sonido no se producía dentro de
mis oídos. (...) el sonido aumentaba... ¿y que podía hacer yo? Era un resonar
apagado y presuroso..., un sonido como el que podría hacer un reloj envuelto en
algodón. (...) pero el sonido
crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo?... ). También se repiten estructuras sintácticas ("cada vez más..." ,"¿qué podía hacer yo?..) y enumeraciones (Lancé espumarajos de
rabia... maldije... juré... ). Todas estas repeticiones contribuyen a crear el ambiente obsesivo y angustiado que refleja el carácter paranoico del personaje.
En conclusión, Poe es fiel en la obra "El corazón delator" a
las inquitantes y sutiles narraciones de
terror, estructuradas de forma que el lector se vea imbuido en la historia, y
más en este cuento, en el que nos adentramos en la misma mente del
protagonista.
(Isabel Reoyo)
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